sábado, 24 de noviembre de 2012

parole



"Si no evolucionas, nunca vas a volar" Le dijo la mariposa al capullo.



Descripción del dolor físico de un corazón roto

Enamorarte de alguien que no te corresponde es como si de repente te prendieran la sien con una cerilla, de lado a lado por la coronilla y, aunque no hay fuego, notas como arde, como si se te erizase toda la piel del cráneo, pero dura sólo un segundo. De seguido notas como se te contrae el corazón que se paraliza un instante, y una especie de vértigo sube hasta la garganta y forma un nudo que te asfixia, involuntariamente lloras por la necesidad de respirar, como los niños cuando nacen, y coges aire como el que sale del agua después de un rato sumergido, incluso inspiras tres o cuatro veces por segundo como si todo el aire del mundo se te quedara corto y necesitaras un poco más... Y cuando lloras es diferente a cuando lloras otras veces, a veces es incluso por menos tiempo, pero sientes que te agota físicamente, como si de algún modo tu cuerpo te pidiera dormir, porque esta es la forma más parecida de estar inconsciente temporalmente.

Te quedaste dormida en la cama con las zapatillas puestas, y cuando despiertas estás desorientada y tienes una sensación horrible, como después de una pesadilla, tienes el móvil en la mano y la bandeja de mensajes recibidos abierta y entonces te das cuenta, suplicas volverte a dormir pero hay que despertar, debes sonreirle a todos para que no te hagan preguntas que no quieres contestar, te espera un día de mierda.

domingo, 18 de noviembre de 2012

quemarropa

En medio del caos de aquel día, todo lo que podía oír era el tronar de los disparos y todo lo que podía oler era la violencia en el aire. Pero ahora, miro atrás y me asombro de que mis pensamientos fueran tan claros y sinceros. Aquellas dos palabras corrían por mi mente sin cesar, repitiéndose como un disco rallado. "Eres genial, eres genial, eres genial".
A veces, Clarence me pregunta qué habría hecho si él hubiera muerto,si aquella bala hubiera ido cinco centímetros más a la izquierda. Yo siempre sonrío, como si no fuera a satisfacerle con una respuesta, pero siempre lo hago. Le digo que hubiera querido morir, pero que la angustia y las ganas de morir habrían desaparecido como las estrellas al amanecer y que las cosas habrían sido muy parecidas a como son ahora. Sólo que quizá yo no hubiera llamado a nuestro hijo... Elvis. 






miércoles, 14 de noviembre de 2012

escritura automática

-¡Ahógate! ¡Ahógate! le gritaban. Dalila apagó las luces para dejarlas marchar, acarició el mar hasta quedarse dormida y cuando despertó aún no habían vuelto, el mar no estaba.
Tomó un café y el cigarrillo del tiempo eterno, mostró sus respetos hacia éste y bajó a saltos la escalera del bloque.
El reloj de la estación señalaba 3 minutos para el próximo tren, tan sólo recordaba que el mundo estaba dominado por él, y sus uñas y hasta la fecha de su cumpleaños, trataba de ignorarlo a toda costa, pero la aguja era incesante.
Cuando salió del agujero se secó la cara de promesas y miró de frente a la porquería y relucía como oro entre jirones de esperanza, y entonces le cogió ese descuento y lo tiró al contenedor.
Abrió la puerta y con ella abrió su consuelo, un cielo morado de escasas palabras, de pocos minutos. Y a cada certeza que pasaba por delante le hacía un guiño y se despedía de ella para no verse más, éstas vestían de ballet y sonaban Brahms hasta que la música se desvanecía y rápido desaparecían dejando un rastro de la única luz que le daba la vida a Dalila, pero algunas veces ella era más rápida y justo en el momento antes de desaparecer, las cogía con un cordel de seda y las mantenía junto a ella hasta que su delicadeza se hacía fuerte, tan fuerte que a veces se hacían a la forma del amor, el resto de ellas se convertía en palabras, y por eso era capaz de hablar.

Un día en la oscuridad vio pasar una luz de derecha a izquierda como rajando el momento que la dividiría en dos, miró a los ojos a su destino, pero él no vio nada y ahí empezó todo.
Ahora las noches se colmaban de mares helados, y sólo escuchaba ¡Ahógate! ¡Ahógate! ¡Ahógate!...









martes, 13 de noviembre de 2012

Experiencia de Fausto

Me siento como esos hombres a los que se refería Schopenhauer que estaban condenados a remar toda su vida en un bote sobre cemento sabiendo que nunca llegarían a ningún puerto, lo llamaba voluntad de vivir,
 él lo consideraba un error innato.
Baltasar Gracián decía que la vida es desengaño, que consiste en el engaño y poco a poco, conforme pasa el tiempo, nos vamos desengañando y el final es la muerte, es la forma perfecta de desengaño. Cuando estamos desengañados no tenemos nada a lo que vincularnos y nos dejamos morir. 
El error consiste en creer que la vida es la pulsión que nos lleva a vivir como si la voluntad de nosotros fuera la voluntad que agota la vida, los delirios de grandeza del que ha tenido que vivir intensamente como si la vida fuera en su totalidad él, la vida completa que es eterna y de la cual nosotros sólo somos una parte, se manifiesta como si nosotros fuéramos una totalidad, esto nos hace creer que tenemos una voluntad de vivir, y esa es la razón por la que sigo aferrada al dolor esperando un milagro que se que nunca va a llegar.

Cuanto más intensa es mi voluntad de vivir, mayor es el dolor que puedo soportar y peor se convierte el mundo para mi.
La voluntad de vivir más intensa es aquella que reclama el pacto con el diablo que ha construido el mundo, reclamar el tiempo, con la condición de que la experiencia del deseo sea borrada, olvidar esa experiencia para vivir otra con más intensidad y así poder vincularnos a algo. La experiencia de Fausto

Pero ¿cómo conseguir que la voluntad de vivir no tenga un objeto?
Si esto es así sólo nos quedan las partituras de Wagner. Liebestod


*En esta entrada quise exponer la visión de Schopenhauer y Gracián, pero esa visión de la voluntad de vivir como un error innato no es la mía.

Ordet


Johannes: -Soy un albañil. Construyo casas, pero la gente se niega a vivir en ellas. Las personas prefieren construir las suyas propias, aunque no saben. Algunos de ellos viven en chozas a medio terminar, otros viven en ruinas, pero la mayoría vagan sin hogar. ¿Eres una de las personas que necesitan un hogar?

Pastor: -No, yo soy el nuevo pastor, me llamo..

Johannes: - Mi nombre es Jesus de Nazareth