lunes, 5 de diciembre de 2011

Un ascensor y el chico de las dilataciones

Da igual si son las nueve de la mañana o las siete de la tarde, Alfonso, el camarero de mi facultad, me llama la chica del martini porque sea la hora que sea siempre pido un martini con hielo.
Es un tipo entrañable, cuando entro por las mañanas a la cafetería siempre le busco con la mirada para darle los buenos días. Supongo que no me daría reparo pedirle un martini a otro camarero a esas horas tan tempranas, pero en cierto modo me molesta cuando otro camarero mira mi ticket de camino a la maquina de café y ve que no he pedido café si no martini, y se da la vuelta para preguntarme ¿blanco o rosado? disimulando su sorpresa, porque se les nota cuando disimulan, ponen la cara de profesional que no hace preguntas, se les nota porque no te miran a la cara, como si estuvieras haciendo algo prohibido pero no demasiado escandaloso, como cuando ves a dos gays besandose en el metro, que te sorprende pero no les miras porque no quieres que sientan que están haciendo algo que deba ser observado.
Él no, él siempre me lo pone sonriendo, me mira a la cara y me sonríe.

- Ponme un martini... ¡Que no! esta vez no Alfonso, ponme un colacao templado por favor. Y en un vaso de...
No me dio tiempo a terminar la frase cuando él ya había cogido un vaso de plástico, me había visto muchas veces pedir siempre a los demás camareros un colacao en vaso de plástico para llevármelo a clase. Siempre me mira por el rabillo del ojo cuando otro camarero me atiende. Me cuida, o almenos yo lo siento así.

A mi lado había un chico con unas dilataciones en las orejas y un tatuaje en el brazo, me escuchó bromear sobre el martini, intuyo que se imaginó que lo pedía habitualmente. Me miró y sonrió, yo también sonreí. Llegó mi colacao, le dí las gracias a Alfonso y me fuí. El chico de las dilataciones me dijo adios y yo le respondí, o al revés, no me acuerdo.

Hoy he corrido a coger el ascensor y el chico de las dilataciones en las orejas estaba dentro con una peluca puesta y una lagrima pintada. Miré hacia los lados en silencio unos segundos como si no pasara nada, él también hizo lo mismo, pero los dos nos miramos y soltamos una carcajada a la vez.
-Es... lo que está de moda ahora
-Ya..
Salí sonriendo del ascensor.


4 comentarios:

  1. Me gusta. No sé quien es ese tipo pero me cae bien.

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  2. el camarero? uno flacucho con unos ojos muy vivos

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  3. un chulaco, fijo que sabes quien es, cuando le vea te lo digo. Me voy corriendo que acabo de quedar con javi que esta en el barrio

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